Martina Dapena Garay, Regional Leader en another

Martina Dapena Garay

Regional Leader Southern Cone (Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay)

 another

 

El Día Internacional de la Mujer es una fecha importante que conmemora a todas las mujeres que nos permitieron estar hoy acá dando esta nota, pero todos los días, cada vez que una mujer se abre camino entre las adversidades, es un día significativo. Personalmente, lo conmemoro trabajando porque considero que ese es mi logro, seguir aportando visiones comunicacionales y estrategias de calidad y enfocadas en una visión de igualdad de géneros, más allá que la empresa tiene una política de día libre para todas sus empleadas que sientan y deseen ir a marchar el 8M.

Considero que el derecho al trabajo es el más significativo. Trabajar le permite al ser humano tener autonomía económica y una valorización profesional. Que las mujeres hayan podido entrar al mercado laboral, e incluso a rubros que eran exclusivamente masculinos como la medicina, es de los mayores logros que hemos tenido como género. Es por eso que también disfruto de trabajar con clientes como Por Los Jóvenes que hacen formación para oficios no tradicionales para mujeres y fomentan su participación.

EL empoderamiento femenino en mi opinión es ir por la vida sin miedo, sin desvalorizaciones. Las mujeres somos seres humanos igual que los hombres y todos los géneros no binarios; todos merecemos el mismo respeto y derecho a vivir cómo queramos. 

Creo que el principal obstáculo que enfrentan hoy está más relacionado con viejos preceptos o ideas que todavía persisten, como que una mujer no tiene habilidad o fuerza para determinados puestos o situaciones. Creo que cualquier persona que se proponga un objetivo, si trabaja y se forma para lograrlo lo va a cumplir. En el caso de las mujeres, podemos ver a lo largo de la historia que nos hemos propuesto muchísimos objetivos que parecían imposibles en un principio, y hoy son derechos en los que ni pensamos como un privilegio, como el voto femenino. Hay que seguir trabajando por aquello que uno desea, desde el concepto que todos somos iguales y nos merecemos aquello por lo que trabajamos.

La educación es siempre el papel fundamental de cualquier sociedad que busque niveles de igualdad entre sus participantes. Creo que la mayor forma de generar acceso igualitario es seguir promoviendo entre las jóvenes que se formen y estudien. Compartir el valor diferencial que tiene la educación, en mi caso personal fue gracias a la educación que recibí que tuve diferentes oportunidades en el mundo laboral.

Evaluarnos por nuestras capacidades, en lugar de por nuestro género. Si logramos que los concursos sean equitativos, entonces podremos competir en igualdad de condiciones con todos quiénes se presenten, sin prejuicios por el género de origen o elegido.

La resiliencia, y el trabajo son la única forma de llegar a hacer una diferencia en el mundo

Dejando de lado la contemplación del género de una persona a la hora de juzgar sus capacidades; destacando las virtudes, las particularidades que cada cual puede aportar a ese equipo y, por supuesto, evitando los prejuicios. Además, como adultos, especialmente quiénes sean padres, abuelos o tutores, criando niños respetuosos y amorosos.

A las jóvenes les diría que nunca dejen de trabajar por sus objetivos. A veces en la vida parece que solo hay piedras en el camino, pero son esos obstáculos los que nos fortalecen y nos convierten en una persona dispuesta a pelear por lo que cree. La resiliencia, y el trabajo son la única forma de llegar a hacer una diferencia en el mundo. Les diría que nunca se rindan, que cuándo la realidad les parezca demasiado abrumadora se tomen un momento para respirar y que sigan adelante. Que gracias a mujeres como ellas en el pasado, hoy tenemos la oportunidad de poder hablar sobre liderazgo femenino, sobre igualdad de derechos y tantas otras cosas más.

 

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