Liderazgo femenino: En Argentina, se multiplican las empresas lideradas por mujeres
La brecha de género en el ámbito laboral es un gran desafío que enfrentan las mujeres a nivel mundial. A pesar de los avances en la igualdad de género, todavía existen disparidades.
Una encuesta realizada en 2024 por Auren Argentina revela que cerca del 30% ocupan puestos directivos o gerenciales, menos del 10% son socias o propietarias, y sólo el 3% son CEOs.
Para tratar de reducir esta brecha, diversas compañías en el país llevan adelante iniciativas y políticas para impulsar la diversidad y la inclusión.
Por ejemplo, Accenture trabaja en el proyecto “Getting to Equal 2025”, cuyo objetivo es lograr un equipo equilibrado en términos de género, con un 50% de mujeres y un 50% de hombres. El objetivo ya fue alcanzado y hoy un 53,2% del staff está compuesto por mujeres y, del cual el 52% ocupan posiciones de liderazgo.
Por su parte, Banco Galicia se propuso en 2024 contar con que el 25% de las posiciones de liderazgo estratégico estén ocupadas por mujeres. Para ello, realizan búsquedas externas para mujeres en niveles de liderazgo y desarrollan cuadros de reemplazo femeninos en áreas críticas.
Carrefour Argentina, por su lado, implementó en 2023 el programa ELLAS que tiene por objetivo fomentar y acompañar el desarrollo de mujeres que están en posiciones evolutivas, en su primera edición participaron 20 personas del top talent de Carrefour y al día de la fecha muchas ya asumieron nuevos roles directivos en la Sede administrativa y en la operación.
Además, la participación femenina representa un tercio en el área de las decisiones estratégicas.
Bienes Raíces
En el sector inmobiliario en Argentina las mujeres suelen ser un actor importante en términos de innovación, creatividad, y liderazgo. Este nicho es un ejemplo de que el empoderamiento de mujeres y el liderazgo femenino en el ámbito laboral avanza.
En los últimos años, hubo un crecimiento exponencial de mujeres al frente de inmobiliarias; por eso ya hay quienes afirman que se aceleró la agenda de igualdad de género en puestos directivos dentro de este sector
El caso de Puebla Inmobiliaria es paradigmático porque en sus 70 años de historia siempre tuvo equipos con predominio de mujeres y su meta es llegar con esta fórmula a los 100 años de historia familiar.
Alejandra Vecchio comanda la oficina de Puerto Madero junto a Nehuén Gabriel Puebla, nieto de Don Balthazar, fundador de Puebla Inmobiliaria en 1954 junto a su mujer Josefina. Dialogamos con ella para reflexionar sobre su aporte puntual a la empresa y, fundamentalmente, sobre los cambios en relación al liderazgo femenino
-Alejandra, ¿cuándo te sumaste a la empresa?
Me sumé en el año 2003. Fue de «casualidad» para ayudar a Oscar, mi esposo, que en ese momento estaba trabajando solo. Comencé por atender el teléfono, tomar nota de los pedidos y búsquedas, a realizar tareas de producción en función a ello… luego salía por tasaciones, ofrecimiento de propiedades en venta, alquiler, asesoramiento… y cuando la tarea requirió comenzar a confeccionar contratos y boletos, – sumergirme en asuntos legales de mayor compromiso – me sentí en la obligación de estudiar haciendo la carrera de Consultor Inmobiliario y Martillera.
-¿Qué diferencias observás hoy en materia de liderazgo femenino en relación a los tiempos de Josefina?
Literalmente, la visibilidad (aunque a mí me cuesta, soy bastante tímida) El ir logrando poco a poco un lugar algo más justo en términos de quién es el «alma mater» también «de la cocina», de los logros. En los tiempos de Josefina, regía la célebre y terrible frase «detrás de un gran hombre… la mujer». Ahora, al menos, estamos al costado. Estar delante, es posible, pero sigue teniendo un costo muy alto, hay que rendir aún muchos exámenes. Pero al menos, se nos ve un poco más. Dicho de otro modo, ahora podemos ver, conocer a «la cocinera» del restaurante, quien no deja de ser parte también responsable del éxito de ese lugar. En aquel formato, mi suegra era el motor que ideaba e impulsaba las tareas que mi suegro materializaba y daba visibilidad. Eran un muy buen equipo. Mi suegra solía decir: «Yo soy la cabeza y Balthazar es mi brazo ejecutor.» Todo dicho. Ella no tenía en esos momentos (años 50′;60´;70 y 80′) la posibilidad de ponerse al lado de él, se la descalificaba, sino ignoraba pero lo frase lo dice todo. Ella, muy sabia, lo sabía. No escatimo en decir, sino más bien es mi obligación de que, fue Josefina, la creadora de la empresa. (nota: mi suegro trabajaba en vialidad. Ella supo de que se vendían lotes en la zona oeste y mandó a mi suegro a ver de qué se trataba. El, con un muy buen arte comerciante, comenzó a tomar
-¿Qué desafíos tuviste que enfrentar?
Miedos. Inseguridades. El no sentirme capaz, o que no entraba en los clásicos cánones de vendedora de bienes raíces. Venía del ámbito de la docencia, otro mundo!. No me veía en lo comercial, en absoluto. Pero poco a poco, descubrí a través de los clientes de que siendo yo, les brindaba confianza, transparencia. Cambié mi mirada al respecto, sin más. E incentivo siempre a quién tiene esa idea, a que confié en ello. Vender no es cambiar la forma de ser, más bien, todo lo contrario. No niego que esta ciudad también ha sido un desafío para mí. Cuando comencé esta actividad, no hacía un año que había llegado a Bs. As. (soy de Mar del Plata). Al comienzo, la sentí una ciudad muy «apurada» y algo, agresiva. Tuve que adaptarme mucho a sus tiempos y energía.
-¿Te sentiste subestimada por algún proveedor o cliente?
Sí! Muchísimas veces. A veces, por razones de edad. Por ser mujer (mi trabajo fundamentalmente es industrial). Ser mujer y joven, no era una buena ecuación. A veces, incluso, por razones profesionales. Pero enhorabuena. Se aprende mucho y sobre todo, fortalece.
-¿Concretamente, desde que estás en el negocio, subió el nivel de facturación?
No quiero pecar de arrogante ni de falsa modestia, pero creo que sí. Debo considerar mi aporte. Pero a la vez, somos un equipo. Es el engranaje que sí – en mucho impulsado por mí – pero engranaje de un Equipo al fin el que hace a los resultados. En mi caso, se fue generando por un orden puntilloso, consistente de procesos y medición de resultados. Pero no es un progreso individual, somos un gran equipo.
-¿Qué valores femeninos creés que se pusieron en juego y que son clave para la expansión?
En términos de valores femeninos que se pusieron en juego fueron la sensibilidad, la intuición (para ver hacia dónde y cómo), la empatía, el servicio, la cooperación. Creo que este mundo pide a gritos solidaridad, sensibilidad y cooperativismo a pesar de su feroz egoísmo, competencia e individualismo. Urge cambiar de paradigma y crear trabajos con calidad de vida empresarial. Que no sea sólo el productivismo. Suena ideal pero lo veo posible. Lo intentamos cada día en nuestro trabajo y lo vemos plasmado en el grupo humano que hace a nuestro equipo. Queremos romper el molde – al menos desde nuestro humilde y pequeño lugar – de que dedicarse a este rubro es pensar en sí mismos, en cobrar la comisión y librar al cliente al azar, algo que le ha hecho tanta mala fama y daño a nuestra actividad. Nuestro trabajo nos pone en un lugar mediador de problemas, tanto económicos como emocionales. Es un privilegio poder colaborar desde el servicio en facilitar las soluciones a dichos problemas. La gratificación que se siente una vez celebrada una operación, es muy grande porque una conoció todo el proceso que, en muchos casos, llevó (angustias, miedos, duelos, quiebras…). Hay motivos alegres, por supuesto. A lo que quiero llegar, es que nos da un sentido más profundo, además del de sobrevivir y pagar las cuentas.
-Cuál es tu meta de cara a los próximos 10 años?
Seguir creciendo. Proyectando. Agradeciendo a la Vida. Que la empresa siga forjándose, que sea una red que pueda sostener a quienes estamos y a quienes vendrán, en el mejor de los sentidos y para el mayor bien de todos.
Puebla Inmobiliaria cumplió 70 años de vida. La primera oficina se radicó en el barrio porteño de Floresta, mas precisamente, en la casa familiar. El trabajo incansable les permitió al matrimonio consolidarse en materia de bienes raíces y desplazar la oficina al barrio de Once, para luego radicarse definitivamente en Parque Patricios como una marca registrada del sector inmobiliario. En 1997, el Arq. Oscar Puebla, uno de los hijos Josefina y Baltazar, toma la dirección de la firma, transformándose en la segunda generación de la Organización. Con la incorporación de Alejandra Vecchio, Nehuen Gabriel Puebla más un sólido equipo, la empresa volvió a expandirse, inaugurando nuevas oficinas