Usina Cafetera

En José María Moreno 624 -esquina Pedro Goyena-, Usina Cafetera inaugura su noveno local, brindando al barrio porteño de Caballito la mejor cafetería de especialidad y pastelería de calidad.

Este barrio se encuentra en el medio de la Ciudad de Buenos Aires. Debe su nombre a la pulpería que en el año 1821 instaló don Nicolás Vila en la esquina de las actuales calles Rivadavia y Emilio Mitre, que era reconocida por su típica veleta en forma de caballito.

Sobre el nuevo local

El nuevo local de Usina Cafetera en Caballito se destaca por su jardín interior, la luz generada por los ventanales (algo bien propio y escénico del barrio, de vidrio repartido y un ventanal antiguo de madera), los techos altos y la funcionalidad de los espacios.

«En cada local nuevo que abrimos de Usina Cafetera no sólo pensamos en la estética que nos gusta, que es la que da identidad a la marca, sino que también respetamos el estilo del barrio, cuidando las tradiciones y estilismos de donde se encuentra.»

Cuentan Emiliano Escudero e Ignacio Oporto, dueños de Usina Cafetera.

«Desarrollamos el diseño del nuevo local apoyándonos en un jardín interior que tiene y la entrada para poder lograr que haya un outing con más comunicación con la vereda. En cuanto a materiales seguimos con la misma temática que utilizamos en todos los locales de Usina cafetera, aplicamos en este caso un poquito más de modernización en la iluminación. Usamos lámparas un poco más modernas de líneas para poder lograr algo cálido y más moderno en el diseño del local.

En la parte de sillones y espejos. Lo que buscábamos era que la gente se sintiera como en el living de su casa y a su vez que pueda observar las plantas y la iluminación natural que entra desde el patio a todo el local». nos cuenta Diego Ruiz Díaz, Arquitecto en Decomontaje(@decomontaje) a cargo del proyecto

Como siempre, además del tradicional espresso, Usina Cafetera invita a disfrutar también en el local del barrio de Caballito de sus cafés filtrados, elaborados bajo distintos métodos y con granos seleccionados. Las opciones dulces para acompañar las infusiones, como el Rulo de canela, el domo de chocolate y mousse de naranja o las exquisitas tortas -como la Carrot Cake, la Cheesecake y la Chocousina- pasando por los wafles y la marquise, hasta los tradicionales alfajores, scones, budines y croissants, son elaborados artesanalmente. Se suman el Dacquoise de pistacho, maní y banana, el imperdible Nudo de chocolate.

Y como novedad la flamante estrella es la Red Velvet en forma de lingote, un bizcocho clásico de sabor cacao y vainilla, relleno de frosting de limón, chocolate blanco con corazón de compota de frambuesa.

También hay opciones saladas para los almuerzos, como sándwich de ternera braseada en baguetín saborizado o el de Tofu en baguetín al verdeo. Los ñoquis tricolor, los sorrentinos de calabaza y muzzarella y los ravioles verdes rellenos de tres quesos y nuez son algunos recomendados, lo mismo que las riquísimas hamburguesas, bagels, ensaladas, croque monsieur, croque madame y omelettes, entre otros platos fáciles de comer y disfrutar.

Como ya es habitual, la carta ofrece propuestas para que vegetarianos, veganos, celíacos y personas con restricciones alimentarias puedan disfrutar de platos ricos y saludables, elaborados a partir de la mejor materia prima, todos los platos se elaboran con insumos que provienen directamente de pequeños productores, en su mayoría orgánicos.

 

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